(Also translated in English in http://maritza-in-english.blogspot.com/)
Ayer estuve corre-corre con mi pareja para ir a buscar los regalos que me quedaban por comprar. Él decidió ir a un centro comercial y yo le seguí un poco temerosa de pensar en lo que nos encontraríamos: colas, sin sitio donde aparcar, lleno de gente y con mucha gente en las tiendas para pagar.... El tráfico nos lo comimos, pero tuvimos mucha suerte y en menos de una hora estabamos fuera de allí. En mi barrio hubiéramos conseguido algunas cosas y nos hubiéramos dado un buen paseo... Cuestión de gustos.
Los niños están pendientes de ver qué les trae Papá Nöel; los mayores de salir de fiesta y divertirse... Yo no soy religiosa, ni mucho menos, pero me temo que nos estamos desviando del motivo de esta celebración. Para mí no significa el estar esperando un regalo, no significa salir por ahí y ponerte ciego hasta hartarte, no significa volverte loco para buscar algún regalo a la tía Enriqueta, porque tienes el compromiso adquirido... Para los más ortodoxos, este día lo consagran a recogerse, a celebrar el nacimiento de Jesús, reunirse en familia, ir a la misa del gallo... Yo respeto las dos decisiones: mi alternativa va por el medio de las dos. Mi Navidad consiste, principalmente, reunir a la familia más cercana en torno a una mesa para cenar juntos. Es el único día del año que dedico a la familia, a estar con los míos. Es cierto que ese día nos intercambiamos algún regalo (por tradición familiar, hemos adoptado a Papá Nöel), pero, para mí, resulta una excusa perfecta para descansar de la ajetreada agenda de todos los días y sentirme arropada por mi familia. Es cierto que cantar villancicos no es lo nuestro, pero sí que conservamos la tradición de reunirnos este día. Además, desde que mi hija apareció en mi vida, me encanta ver la carita de felicidad cuando descubre los regalos que le ha dejado Papá Nöel al lado de su zapato. Aguanta hasta tarde despierta tan sólo para averiguar si lo que pidió aparecerá por arte de magia...
Sea cual sea tu manera de celebrar la Navidad, te deseo que te lo pases como más te apetezca... Que no te dicte "El Tajo Irlandés" lo que tienes que hacer y cómo hacerlo... Vívelo como mejor creas.
Eso sí, en Fin de Año pienso pasarlo lo mejor posible, bailar hasta que no pueda con mi alma y reír hasta hasta que me duelan las costillas.... Y deseando que el 2011 me traiga lo que creo que merezco....
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