martes, 28 de diciembre de 2010

Superguanajas

(Also translated into English in http://maritza-in-english.blogspot.com/)

Antes de empezar, tendré que explicar el significado de la palabra adoptada canaria "guanajo/a". Viene del arahuaco es usado en Cuba y en la República Dominicana y se dice despectivamente para designar a una persona boba o tonta (¡o las dos cosas juntas!)*.

El domingo me derrumbé: no es fácil asimilar que dentro de poco te verás en la calle y que tienes que buscarte los garbanzos en otro lugar. Te sientes algo culpable porque te sientes responsable de muchos asuntos al mismo tiempo y quieres que los que te rodean sean felices... y erróneamente te adjudicas todos los méritos. Normalmente esta carga no me supone un problema, pero se ve que mi cuerpo dijo "¡Basta!" y tuve que echarme a llorar para descargar tensiones. Sí, al fin y al cabo, soy mujer: cuando terminé de desahogarme, a pesar de que no tenía una solución para mi problema, me quedé más tranquila. Sé que muchos hombres no entienden este razonamiento, que no tiene ni  pies ni cabeza, pero, en esos momentos hagan lo que hizo mi pareja: me consoló abrazándome. No necesitamos más (¡Porras! ¡Debería haber cobrado por este consejo!)

Ayer por la tarde me quedé un tanto atontada viendo programas de "reality" en una cadena de televisión. En uno de ellos puedes ser testigo del nacimiento de un bebé y lo que le rodea alrededor. Uno de los casos que vi trataba de una pareja que ya tenía un niño de dos años y que esperaba al segundo. El padre, por un lado, más pendiente de una despedida de soltero que del nacimiento de su segundo hijo; la madre, histérica, sopesando todo, con remordimiento de conciencia por no hacer las cosas tan bien como ella quisiera. Su sentimiento de culpa me hizo sentir pena por ella. Al final, lo típico: la mujer atada de pies y manos con los chiquillos (su madre, gracias a Dios, no era una histérica como su hija y la ayudaba); el hombre se fue a la despedida de soltero un día después del nacimiento de su segundo y último hijo, aunque tan sólo se tomó una cerveza y volvío pronto a casa. Al final, el tío pasó por el aro y colaboró más en la casa, cuidando al mayor y al más pequeño para que ella pudiera ir al gimnasio a ponerse en forma. Cuando terminó el programa, estaba agobiada.

Decidí sacar a Venus de paseo para dejar de pensar en todo lo que tenía que hacer para ser una supermujer: la casa, el colegio de la niña, pagar las deudas, trabajar, buscar un trabajo, reciclarme laboralmente hablando, aprender cosas nuevas, hacer ejercicio, arreglarme, ser buena cocinera, buena contribuyente, buena administradora, buena amiga, buena amante, buena hija, buena madre, buena líder de grupo... Con mi nuevo MP4 escuchando la música de mi grupo favorito de todos los tiempos (Duran Duran) salí de casa y me dispuse a despejarme la cabeza de todo lo que me pesaba. Lo logré y fui feliz un tiempo: no necesitaba nada más.

Coincidí en mi paseo con una amiga mía. Había estado mala la semana pasada y no pensaba volver a trabajar esta, aún cuando es autónoma y ésta una de las mejores épocas para hacerlo (todos gastamos lo que no tenemos en estas fiestas). Al sentarme con ella me explica que ha sufrido una crisis de ansiedad por todo lo que tiene que sacar adelante: casa, marido, hija, trabajo... Hay mujeres que no saben como estallar, ni llorar y mi amiga es una de ellas. Por suerte yo sí. Ella tuvo que recurrir a un acupuntor.

Al final, las dos coincidimos que las mujeres de hoy en día tienen una presión muy fuerte para ser superwoman: una mujer que triunfa en todas las facetas de su vida... Al final, para echarnos unas risas, a ella se le ocurrió decir: "Superwoman, no: ¡Superguanajas!". A esta altura de la entrada, creo que no hace falta explicar el significado.

Hay mujeres que piensan que lo mejor es quedarse en casa a que te traigan los garbanzos. Las complicaciones son las mínimas, no tienes la responsabilidad de los gastos de la casa encima de tu cabeza... Tan sólo te tienes que ocupar de lo demás: de ser una buena cocinera, madre, esposa, amiga, amante, administradora de los asuntos domésticos, estar deslumbrante, cuidarte, tener la casa como una patena... Poco, ¿Verdad?

Yo, personalmente, no quiero renunciar a mi carrera profesional. Vengo de una familia de mujeres luchadoras, valientes y trabajadoras. No podría estar todo el día en casa, cuando podría estar desarrollando otras facetas de mi personalidad en un puesto de trabajo. He comprado la moto de que una mujer trabajadora está más realizada... ¡Lo que está es más liada!

No tenía propósito de Año Nuevo, pero éste va a ser uno de ellos: dejar de ser una Superguanaja intentando ser una Superwoman y ser tan sólo una simple mortal, con sus defectos y manías. Para eso tendré que dejarme ayudar más, no esperar que todo resulte tal como lo esperaba, no ser perfeccionista conmigo misma, dar gracias por lo que tengo e irme quitando capa a capa los sentimientos de culpa... Este único propósito me va a ocupar mucho tiempo, así que no voy a comprometerme a más...

*http://www.deperu.com/diccionario/?pal=guanajo

jueves, 23 de diciembre de 2010

El significado de la Navidad para mí

(Also translated in English in http://maritza-in-english.blogspot.com/)

Ayer estuve corre-corre con mi pareja para ir a buscar los regalos que me quedaban por comprar. Él decidió ir a un centro comercial y yo le seguí un poco temerosa de pensar en lo que nos encontraríamos: colas, sin sitio donde aparcar, lleno de gente y con mucha gente en las tiendas para pagar.... El tráfico nos lo comimos, pero tuvimos mucha suerte y en menos de una hora estabamos fuera de allí. En mi barrio hubiéramos conseguido algunas cosas y nos hubiéramos dado un buen paseo... Cuestión de gustos.

Los niños están pendientes de ver qué les trae Papá Nöel; los mayores de salir de fiesta y divertirse... Yo no soy religiosa, ni mucho menos, pero me temo que nos estamos desviando del motivo de esta celebración. Para mí no significa el estar esperando un regalo, no significa salir por ahí y ponerte ciego hasta hartarte, no significa volverte loco para buscar algún regalo a la tía Enriqueta, porque tienes el compromiso adquirido... Para los más ortodoxos, este día lo consagran a recogerse, a celebrar el nacimiento de Jesús, reunirse en familia, ir a la misa del gallo... Yo respeto las dos decisiones: mi alternativa va por el medio de las dos. Mi Navidad consiste, principalmente, reunir a la familia más cercana en torno a una mesa para cenar juntos. Es el único día del año que dedico a la familia, a estar con los míos. Es cierto que ese día nos intercambiamos algún regalo (por tradición familiar, hemos adoptado a Papá Nöel), pero, para mí, resulta una excusa perfecta para descansar de la ajetreada agenda de todos los días y sentirme arropada por mi familia. Es cierto que cantar villancicos no es lo nuestro, pero sí que conservamos la tradición de reunirnos este día. Además, desde que mi hija apareció en mi vida, me encanta ver la carita de felicidad cuando descubre los regalos que le ha dejado Papá Nöel al lado de su zapato. Aguanta hasta tarde despierta tan sólo para averiguar si lo que pidió aparecerá por arte de magia...

Sea cual sea tu manera de celebrar la Navidad, te deseo que te lo pases como más te apetezca... Que no te dicte "El Tajo Irlandés" lo que tienes que hacer y cómo hacerlo... Vívelo como mejor creas.

Eso sí, en Fin de Año pienso pasarlo lo mejor posible, bailar hasta que no pueda con mi alma y reír hasta hasta que me duelan las costillas.... Y deseando que el 2011 me traiga lo que creo que merezco....

jueves, 9 de diciembre de 2010

REFLEXIONES A LOS CUARENTA



(Also translated in English at http://maritza-in-english.blogspot.com/)

Este año me ha tocado empezar mi cuarto decenio. El año pasado, justo a seis meses del día, llamé a mi mejor amiga y le pedí que por favor me organizara una fiesta "sorpresa" para ese fin de semana. Ella, como siempre, cumplió y celebramos esta ocasión en un hotel rural en el sur de la isla de Tenerife.

Arropados por cientos de plataneras, con piscina, cocina y zonas comunes a nuestra entera disposición, nos dispusimos a pasar un día completo celebrando mis primeros cuarenta años. Todos los que tenían que estar, estaba allí (excepto mi familia, que no pudo venir). Tengo amigos de hace mucho tiempo, pero también en estos últimos años he conocido gente maravillosa que me ha ayudado a seguir adelante, que me ha marcado de por vida... Acabamos la fiesta a las tantas de la mañana, jugando como niños: nunca olvidaré esos momentos compartidos con mis seres queridos.... ¡Muchos están esperando para ver qué hago cuando cumpla 50!

En este año me he puesto a reflexionar sobre lo que he vivido en estos años. La conclusión que saco es de que he sido bendecida con muchas oportunidades que me han hecho conocer gente fantástica que me ha ayudado a lo largo del camino...

Cuando era pequeña, me imaginaba a mi misma con cuarenta años como una persona con estabilidad total, tanto en lo personal, como en lo laboral; una persona consagrada a su familia estable después de varios años, con una carrera terminada y que trabaja para sacar a los suyos adelante; una persona que no necesitara pensar en otra cosa sino en qué ponerse o qué hacer de comer para el día siguiente... Así eran las personas de cuarenta años cuando yo era una niña.

El tiempo cambiaría esta situación en la actualidad.

La realidad ha sido otra: hasta prácticamente el otro día tenía incertidumbre, tanto en lo personal, como en lo profesional. No he tenido una sola relación estable, sino varias en estos veinte años. El hecho de que hubiera terminado alguna carrera o tener un buen nivel de idiomas no ha sido significativo para que terminara en un puesto de trabajo fijo. Los niños no han venido de a dos, sino de a uno, porque las circunstancias no permiten dar hermanos por no dejar que nuestros hijos fueran únicos. Desde que estaba en la carrera, he pasado por una única temporada de crisis (a veces más duras que otras)...

La vida no te ofrece lo que le pides, sino lo que realmente necesitas. Muchas personas de mi generación planearon su vida de tal manera que, cuando todo se desmoronó a sus pies, se sintieron estafados y desconcertados. Parece que el mundo está girando más deprisa. No terminamos de adaptarnos a las circunstancias, cuando tenemos que volver a hacer cambios en nuestra vida para no quedarnos rezagados. Eso sí, nos está dando oportunidad de "alargar" nuestra juventud, ya que tenemos que hacer como hacíamos cuando teníamos menos edad. Creo que es por eso que se dice que los nuevos cuarenta son como los viejos treinta.

Hay una maldición china que dice: "Que vivas en tiempos de mudanza". Realmente es lo peor que pueden desearle a uno: incertidumbre, cambios, modificaciones... Anonimam Hombre Anónimo dice en su último cartel "Hay que saltar" (o algo parecido)... no creo que le cupiera la palabra "constantemente".

Bueno, si con cuarenta años reflexiono todo esto, no me quiero imaginar lo aburrida que pueda ser con diez años más... Intentaré no ser tan reflexiva, actuar y actualizarme todos los días...

miércoles, 1 de diciembre de 2010

En tiempos de crisis... a poner la mejor de nuestras caras



(Now translated into English in http://maritza-in-english.blogspot.com/)


No sé cómo empezar esta entrada. Su propósito es intentar alentar a todos en estos momentos difíciles, incluida yo. De alguna forma u otra muchos estamos pasando por malos tiempos: unos con trabajos precarios, otros sin trabajos, otros que su sueldo no llega al día 10... ¿Para qué enumerar?

Me gusta estar informada, como muchos amigos míos pueden ver en mi perfil del "Caralibro". Este esfuerzo no es gratuito. Es mi manera de intentar entender este mundo en constante y rápido cambio. La intención de publicar artículos es para ayudar a otros a tomar una decisión estando informados, para ser conscientes de que el paso dado es el más correcto posible.... Por lo menos podremos decir: "Dentro de las posibilidades, he escogido la mejor opción".
Por lo pronto, por lo que he podido observar, España sigue siendo un país donde el más listo no corre, vuela; donde el que consigue el poder, le es difícil dejar la poltrona para que otro pueda intentar mejorar la situación, aún cuando ha cerrado más de una empresa por mala gestión; donde muchos puestos de trabajo no están diseñados por la necesidad del mercado, sino acordes a la necesidad específica de una persona en concreto (léase enchufismo); donde, por mucho que te esfuerces en tu puesto de trabajo, no serás recompensado con estabilidad laboral... Podría seguir con muchos ejemplos, pero no quiero pecar de cansina.
Con esta situación, en muchas ocasiones no me apetece seguir luchando y me pregunto para qué tanto esfuerzo, si voy a llegar al mismo callejón oscuro de la incertidumbre. Luego miro a un lado y veo la foto de mi hija, sonriéndome feliz y confiada y me digo: "Aunque vuelva al mismo lugar, tengo que hacer lo imposible para salir de aquí y buscar otra salida...".
Hace unos años tuve el placer de conocer a una familia compuesta por el padre americano, la madre, venezolana y sus dos hijos... autistas. Al parecer, ambos padres llevaban el gen recesivo y no podían tener más hijos, a riesgo de que padeciera esta enfermedad. Una vez le pregunté a él si no le parecía duro tener dos hijos con esta condición y lo que me contestó me cambió la forma de pensar acerca de las desgracias: "Ustedes (los latinos) están muy influenciados por la cultura de la iglesia católica: piensan que lo que se sufre es un castigo de Dios. Yo pienso que tenemos la fortuna de poder criar y cuidar a estos niños especiales, que es algo que nos hará más fuertes y que tenemos que agradecer que seamos nosotros y no otro que no pueda afrontar la situación"... ¡Qué lección me dio!
Y una vez más, vencida por mi positivismo, pienso que toda experiencia me hace más fuerte y más preparada para todo lo que me tenga que venir. Y con esta actitud, todo lo que me queda por vivir, lo valoraré y será cada vez mejor... ¡Qué remedio nos queda!

martes, 30 de noviembre de 2010

¿Para qué sirven las rotondas?



(Also transated in English in http://maritza-in-english.blogspot.com/)

Es una pregunta que me hago todos los días cuando me toca coger el coche cada mañana. En total tengo que sortear seis rotondas antes de llegar a mi puesto de trabajo. Cada uno de ellos me provoca tensión, nervios... Es normal: hace casi dos años tuve un accidente en una de ellas. No fue grave, pero hizo que me planteara la decisión de compartir mi punto de vista con los demás, para descartar que no esté loca...

Yo tengo una respuesta para la pregunta: las rotondas sirven para facilitar y aligerar el tráfico, para que sea más fluido. En una intersección se da preferencia a los coches que circulan dentro de la rotonda y los demás esperan para poder incorporarse. Hasta ahí nadie discute. Ahora, cuando se trata de ver quién de todos los que circulan dentro de la rotonda tienen preferencia, ya empezamos a discrepar. Según el código de circulación español, tienen preferencia los que estén circulando por la vía derecha, ya vayan hacia la derecha, rectos o hacia su izquierda... ¿Es eso normal? ¿Eso da fluidez al tráfico?

Pongamos un ejemplo. Llegamos a una rotonda cualquiera (da igual por qué parte de la vía circulemos). Nos encontramos que el coche que viene de frente, que circula por la vía de la derecha, decide poner intermitente a su izquierda. Todos los que están cerca de la rotonda tienen que cederle el paso hasta que el conductor decida salir de ésta. Esta maniobra afecta al que tiene inmediatamente a su derecha, que quiere entrar en la rotonda: esto es lo normal. También afecta a todos aquellos que circulan en sentido contrario, tanto si están en la vía de la derecha, como en la izquierda... Y sobre todo afecta a aquél que, circulando al lado suyo, quiera seguir de frente. Esta maniobra no da fluidez al tráfico, sino todo lo contrario: hace que la mitad de la circulación tenga que esperar a que este vehículo salga de la rotonda.

Cerca de mi casa está la Avenida de los Menceyes. Hace pocos años se remodeló para que los coches circularan a dos vías por dirección. Incluso se pintaron unas flechas: unas indicando al conductor de la derecha que, al llegar a la rotonda tenía dos opciones, o seguir de frente o girar a la derecha; otras indicando al conductor de la izquierda que podía seguir de frente o girar a la izquierda. Estas flechas, que no dejaban duda alguna, fueron borradas para convenir con la reglamentación actual.

La foto que ven en este blog pertenece a la que existe entre Stratford-upon-Avon, Birmingham, Coventry, Warwick y Londres. Está situada encima de la autopista M40. No tengo datos de la circulación diaria de este punto en particular, pero me puedo imaginar que sea bastante pesada. Yo misma tuve que recorrer esta rotonda más de una vez al día. Esta rotonda tiene cuatro vías: todas ellas están señalizadas para que el conductor no se equivoque y salga a su salida. Los coches entran en la rotonda por la vía interior de ellas, van cambiando de vía, hasta llegar a la vía de salida. Funciona como un tocadiscos, pero al revés... Y nunca vi un accidente en cuatro años.

Si pudiera hacer algo para cambiar la forma de conducir y hacer ver que esta manera de conducir por una rotonda, lo haría. Por lo pronto, estoy escribiendo esta entrada para ver qué piensan todos ustedes de esta opción.

¿Lo positivo del accidente? Que cambié el coche viejo por uno semi-usado y circulo más segura con él... Como siempre, le saco lo bueno a lo malo...