martes, 2 de julio de 2013

Compañeros de piso y las Sombras Grises


En estos días he tenido la oportunidad de leerme el primer libro de la trilogía de las "Sombras de Grey". Coincidí con una amiga mía en que era un libro entretenido: no aspira a ser un Nobel de literatura. No he querido leer los otros dos, porque creo que el final es previsible: después de tiras y aflojas, todo quedará al revés de lo que empezó... En otras palabras, al final la mandona será ella y él se dejará llevar... ¡Como en la vida real!

Todos adivinarán que han sido mujeres las que me recomendaron leer el libro. Después de una temporada larga de sequía de lecturas, decidí aceptar el reto y tomé prestado el primero (que hoy mismo he devuelto). Antes de empezar, empecé a leerme un libro de Marian Keyes, un género más de entretenimiento y risa, con un poco de responsabilidad social. Pero estos libros me darían para otra entrada.

No voy a entrar en el debate de si la trilogía se merece ser best-seller o no. Lo que sí quiero dar mi opinión del por qué este tipo de género literario tiene tanto éxito ahora. Yo lo baso en dos motivos principales:

- La revolución sexual de las mujeres. En la época de nuestras madres que, aunque crecieron después del 68, esta revolución no les hizo prácticamente cosquillas. Vinimos a ser esta generación e, incluso diría que nuestras "primas" más jóvenes, las que rompimos los moldes de los convencionalismos caducos. Al menos en España hemos sido las que hemos conocido y probado los juguetes que nos ofrecían en los "Taper-sex": bolas chinas, cremas, polvos, anillos, postes, lencería... No puedo juzgar por las mujeres americanas, pero parece que están empezando a descubrir su sexualidad: hay mucha censura en la sociedad americana.

- La crisis en España ha hecho que muchas mujeres tengan unos especiales compañeros de piso: sus propios ex... o futuros ex. Hombres con los que comparten comida, alojamiento e incluso hijos, pero no afectos. Mujeres que, por las circunstancias de la vida, no pueden irse a vivir solas, pero solas están, ya que han relegado a sus compañeros al sofá. Todas ellas, con diferentes circunstancias, tienen algo en común:  frustración sexual. Estas mujeres no buscan un sustituto en otros hombres por muchos motivos: falta de ganas, no quieren una relación que se base exclusivamente en el sexo, no quieren complicarse la vida... Aún así, la necesidad sigue ahí.

Si unimos estas dos circunstancias, no es difícil imaginar que las mujeres prefieran desahogar esta frustración en un libro que les dispare la imaginación antes que encontrar a un Sr. Grey... que les complique la existencia. Prefieren tenerlo encerrado en un libro donde no pueden hacerles daño, pero que les alivia cuando ellas quieren y tienen atado y controlado, tal como a él le gusta tener a "sus sumisas".

2 comentarios:

Elena Izquierdo Rodríguez dijo...

Creo que es una cuestión de pensamiento social. Nuestras madres estuvieron marcadas por el pensamiento franquista (entre otras influencias)que les inculcaron la idea de que "para gozar del paraíso no hay que pecar y satisfacer tus deseos es un pecado". Sinceramente la doctrina de la iglesia sobre la castidad siempre me ha parecido derivada de épocas de hambrunas que obligaron a los altos cargos (reyes, nobles y el clero) a inventar un pretexto para reducir la población y así no tener que desprenderse de su extravagante estilo de vida incluso en situaciones precarias para el pueblo.
Teorías aparte, esa mentalidad ha marcado a nuestras antecesoras (las cuales tampoco lo tenían todo a su favor teniendo en cuenta su papel de sumisas en la sociedad) Afortunadamente los tiempos cambian, la ciencia avanza, las mentalidades se desarrollan...y aunque quizá sea un poco tarde para aquellas que vivieron bajo la sombra de la condenación, las generaciones posteriores sí podemos ver el sexo como algo natural, necesario y saludable. Yo la verdad intenté leerme el libro y no me captó demasiado (puede que sea porque para mí el sexo no deba ser un tema tabú) pero entiendo perfectamente que amas de casa de más de 50 se sienten a leerlo y lo encuentren atractivo, al fin y al cabo es algo nuevo y excitante para ellas.
En resumen, mientras más cerrada trate una sociedad a sus miembros, cuando ésta sea más abierta mayor curiosidad sentirán los ciudadanos por lo anteriormente prohibido. No sabemos si existe cielo o no...pero no creo que la solución sea enseñarle a la sociedad que lo que tanto desean (y seamos francos, necesitan) es un acto horrible.

Mael70 dijo...

Tú has descrito más descarnadamente lo que quería decir... En muchos aspectos seguimos siendo "sumisas" (menor paga por el mismo trabajo, las responsables mayores del funcionamiento de una casa y del cuidado de los niños e incluso en muchas culturas no nos tratan como personas). Es por eso que también creo que la trilogía ha tenido tanto éxito.